domingo, 20 de noviembre de 2016

"Comunidad Catskills"

Ahora que dejo para siempre (nunca digas nunca) Los Caños de Meca, tengo en mi cabeza mil ideas para no olvidarme de su esencia, la que me aleja de la vida de ciudad y de barrio. A pesar de todo, sigo prefiriendo la soledad y la calma de los lugares aislados.
Y es que no paro de leer, allí donde me fijo o donde mi vista se detiene de forma inconsciente, artículos sobre urbanitas desbordados que todo lo que necesitan el fin de semana es desconectar en un lugar que desprenda paz. Y me encontré con una comunidad que no para de agradecer a sus visitantes que vayan a verles, que se sienten orgullosos de que sus vecinos también florezcan y donde, de un tiempo para acá, se han asentado jóvenes neoyorquinos amantes del slowlife.
Las montañas de Catskill, a solo dos horas de Nueva York, envuelven a una serie de pueblos que, con el paso del tiempo, han ido acogiendo a nuevos emprendedores que aman la vida por encima de todo; en plena conexión con la naturaleza han decidido que también se puede alcanzar el éxito profesional sin olvidarse de vivir.
Y así, ha ido creciendo la comunidad en la que tienen cabida anticuarios como Kabinett and Kammer, artesanos como Black Creek Mercantile and Trading Co, granjas como Westwind Orchard o Flaca Vaca Farm, restaurantes modernos como Cucina o tradicionales como Catskill Mountain y lugares donde querer estar como Table on Ten. Estoy convencida de que aquí también podemos crear esta comunidad en la que el éxito es levantarnos cada día donde verdaderamente queremos estar. GABRIELLE.