martes, 31 de agosto de 2010

"Punto y final"

Un septiembre más pongo punto y final a otra etapa. Un año 100% irlandés en el que he contado con el apoyo incondicional de personas nuevas y viejas para mí. Algunas de toda la vida a quienes realmente no conocía, y de las que me llevo el mejor de los sabores, y otras nuevas que se quedarán en mi corazón para siempre. Irlanda me ha enseñado a descubrir la esencia de los irlandeses, de quienes me llevo el mejor de los recuerdos. Y en mi maleta, con 7kg de sobrepeso, un collar Tiffany que me ha regalado mi "madre" irlandesa, mi inolvidable Danielle, y por fin las ansiadas Ugg que no me pienso quitar este invierno. Bienvenida a España de nuevo. GABRIELLE.

sábado, 21 de agosto de 2010

domingo, 15 de agosto de 2010

"Relax total"

Una semana en Cerdeña ha dado más que para relajarse y desconectar. Ha dado para reír, para comer bueno y bien, para disfrutar... para recordar lo que fue nuestra etapa juntas. La isla es destino vacacional preferido para los italianos, con quienes no conseguimos comunicarnos como quisimos; asignatura pendiente aprender el idioma. Las carreteras llenas de curvas, y en consecuencia tortuosas, te llevaban de Porto Torres a Costa Paradiso, pasando por Castelsardo, Badesi e Isola Rossa, todos ellos pueblecitos de casitas en la montaña que miran al mar. Más hacia el este, la Costa Smeralda, Porto Cervo y Porto Rotondo, auténticos hervideros del lujo y las marcas. Allí podréis encontrar la discoteca Billionarie, donde una foto a tamaño natural del mismísimo Briatore os recibirá a la entrada, y un espectáculo de luces y color en su interior con violinista al compás de los temas de moda serán los ingredientes de una noche perfecta. En Porto Rotondo, los chiringuitos a pie de playa ofrecen música a ritmo de mojito y con el sol cayendo tras las montañas, como el Blue Beach, en la Marianella. Pero además, a tan sólo 15 minutos en Ferry, la isla de La Maddalena merece una visita obligada. Sus aguas cristalinas y los yates a pie de playa conforman el paisaje. Desde allí se puede acceder a la isla Caprera, donde encontrar la pequeña cala Little Tahití debería ser tu objetivo del día. Para comer, cualquier parada en el camino resultará satisfactoria, porque además de los típicos restaurantes italianos, en la isla es típica la comida sarda, un sin fin de platos distintos entre los que encontrarás desde embutido tradicional, distintos tipos de pastas y como plato fuerte, cochinillo. Los puestos de frutas y quesos predominan en el camino de carreteras, al igual que escasean las gasolineras. Recorrer cada una de sus zonas es como trasladarte al pasado, a las raíces, para fundirte con la naturaleza ya sea por tierra o mar... Un placer para los más urbanos, quienes parecen ser capaces sólo aquí de apagar sus Blackberrys. GABRIELLE.

miércoles, 11 de agosto de 2010