Como bien sabéis, el fútbol no me aporta nada. Nada de nada. Es cierto que hay jugadores que están bien y otros que están realmente bien… pero siempre hay algo que les falla, porque el sector futbolístico suele tener, antes o después, connotaciones horterillas. El chico puede ser muy guapo en chándal pero a la hora de un buen traje, o la fastidia con los zapatos o la fastidia con la camisa. Eso si no has salido corriendo al ver los extraños brillos de la chaqueta. Como en todo, hay excepciones, y hombres que incluso vestidos de forma sospechosa, te da realmente lo mismo, veasé Beckam, el antiquísimo Panucci o Aitor Ocio. A los dos primeros los descarto por guiris, la verdad es que no me apetece nada un marido que me hable en otro idioma, coma diferente y encima quiera vivir donde nació. Con Aitor sería diferente pero su ex me cae muy bien y no quiero hacerle eso. Así que me he centrado en otra lista. Futbolistas que en su día fueron algo y que hoy han mejorado enormemente. Hierro, Kiko o el hombre del mes, Guardiola. Todos han sabido encontrar su sitio fuera del campo y llevan con elegancia ropa impensable en ellos hace unos años. El caso de Pep es destacado y solo él ha conseguido que me trague un infumable partido del Barca. Sus paseítos en el banquillo con un fulard de colores, aquel jerseycito de pico verde hoja y su rictus serio y educado me han conquistado. El miércoles cuando se hicieron con el partido, solo sonreía y se dejaba abrazar. Así de simple. Ni Liga, ni Champions, ni lo que sea porque no me sé más títulos. Pep, te lo digo muy claro, me gustas.
PEGUIE.
1 comentario:
Si consiguió que vieses un partido del Barça, me quito el sombrero ante él.
Ami, personalmente, me encanta.
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