Audrey Tautou ha sido la encargada de recrear a la artista en sus difíciles años de juventud. La elección no podría haber sido más acertada. Si ya Audrey nos enamoró en su determinante papel de Amelie, esa chica francesa que veía el mundo desde un prisma propio y diferente, el papel de Coco era ciertamente para ella. En unas recientes declaraciones, Tautou manifestaba que en la actualidad muchos la veían como el prototipo de francesa, algo con lo que me encuentro totalmente de acuerdo. Su fina cara, sus gestos delicados y ese aire romántico bien recuerdan y nos acercan a la ciudad de la luz cuando la actriz aparece en escena.
Y por ello se ha convertido también en la musa del perfume por excelencia; Chanel nº5. Hoy cinco de mayo se presenta en las pantallas el cortometraje de esa gota de elixir tan femenina; de ese colmo de la feminidad que la mismísima Marilyn llevaba como ropa de cama. Chanel nº5 es un perfume con historia, un perfume que aparecía en el año 1921 y que consiguió impresionar a la grande Chanel. Fue el primer perfume de modista. Ella misma decía que un perfume se debe poner allí donde quieras que te besen. Compuesto de rosa, ylang-ylang, madera de sándalo y sobre todo de jazmín, este perfume se ha convertido en un icono, en un objeto de culto que ha traspasado fronteras. Hoy más que nunca firmaré como GABRIELLE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario