"La tiranía de la moda"

Georg Simmel acuñó la expresión tiranía de la moda para hablar del fenómeno capitalista que la envuelve. Digamos que los de arriba lanzan productos que, una vez llegan a los de abajo, cambian por otros. La moda, por esta misma razón, se escribe, se lee y se estudia. La editorial Lunwerg cuenta con un catálogo especializado en el género, y Taschen ofrece auténticas obras de arte acerca de diseñadores, modelos, estilo... The beautiful fall narra las vidas de Saint Laurent y Lagerfeld en el París de los 70, comparando sus obras y trayectorias. In Vogue, se convierte en la retrospectiva de la revista más influyente del mundo. Marketing de moda realiza un análisis de los principios teóricos y prácticos del marketing y el branding dentro del sector. Las novelas también se han convertido en un género recurrente para la moda, con obras como Una pasión vintage, Sin noticias de Dior o Las mujeres inglesas destrozan los zapatos al andar. Pero también contamos con otros estudios más técnicos como La magia del patronaje o Patrones de moda. Otros tantos dedicados a importantes firmas como el libro de Mulberry y decenas de biografías de diseñadores. Manuales como Dress Code: ropa adecuada en el momento adecuado o The little black dress son el vivo retrato de los códigos de indumentaria que imperan. Revistas femeninas de alta gama. Crónica de un desdén analiza los contenidos de cinco importantes cabeceras y Geografía de la moda española presenta de una forma visual parte de nuestra historia y cultura. Cazadores de tendencias o What to wear se hacen eco de los estilos que imperan en la calle. Un sin fin de ejemplares para el celebrar el próximo Día del libro el 23 de abril. Prada acaba de lanzar un concurso literario de relato corto bajo el título "What are the realities that our eyes give back to us? And how are these realities filtered through lenses?". Toda una declaración de intenciones para los amantes de la literatura. GABRIELLE.

"La flor del cerezo"

Como bien dice mi querida Peguie, este fin de semana hemos florecido como los cerezos bajo el sol. Su máxima expresión dura tan solo unos diez días y el Valle del Jerte ha brotado ante la llegada de la primavera. Allí, en pleno Parque Nacional se encuentra el Hotel Rural Puerta de Monfragüe, un merecido descanso para nosotros los urbanitas estresados. GABRIELLE.

"El asunto del collar"

Collar de oro rosa con cruz, de Aristocrazy

Cualquier collar puede contar con diferentes historias a su alrededor que le doten de personalidad propia, tal y como ocurrió con la joya de diamantes de 2.800 kilates que se convirtió en el antecedente de la Revolución francesa. El gran escándalo político y social que provocó la estafa del collar, implicó directamente a la reina Maria Antonieta, lo que puso de manifiesto ante el pueblo la corrupción de la monarquía y la precariedad de las finanzas públicas. Nada más lejos de la realidad de estos días. El asunto de mi collar es más simple y cotidiano; de París nos trasladamos a Madrid, un jueves por la tarde. Afterwork. Gala González como gancho y Marketing directo, si bien yo ya tenía fichado el collar desde hacía tiempo. Un gin tonic servido con mimo, buena música y muchos bloggers. Pronto el collar fue mío, no tuve que pensarlo mucho. Minutos después, una llamada al amado, para que se hiciera cargo del regalo y no se provocara una revolución en la pareja como ya resultó la francesa. GABRIELLE.

"La mantilla española"

La mantilla es la prenda que identifica a la mujer española en el mundo y que forma parte de una tradición religiosa que ha perdurado con el paso del tiempo. A lo largo de nuestra historia, actos como la Semana Santa, el sacramento del matrimonio o, incluso, la asistencia a los toros, han acogido a mujeres de mantilla según el protocolo. Francisco de Goya retrató a aquellas mujeres de alta posición que la utilizaban en el siglo XVIII y hoy podemos verla como parte de reportajes de moda internacionales que reconocen su uso. La mantilla blanca se puede llevar a la fiesta de los toros, mientras que la negra se utiliza para actos religiosos o más solemnes en señal de respeto. El largo de la falda debe ser siempre por debajo de la rodilla y las medias transparentes o negras finas. El escote de barco o en pico y la manga francesa. La mantilla puede ser llevada como manto o chal o bien recogida con una peineta. El maquillaje suave y natural y los zapatos de salón. El bolso pequeño, en negro o carey. Todo un ritual que exige utilizarla debidamente, con el respeto que requiere y la elegancia que aporta el llevarla sobre la cabeza. GABRIELLE.