domingo, 3 de octubre de 2010

"Debate y re-debate"

La cuestión siempre es la misma una vez concluyen las distintas ediciones de las Fashion Week del mundo: el tema de la delgadez o, en esta ocasión, de la gordura de sus modelos. Este año Milán dejó de lado a la catalana Elena Miró (asidua desde 2005 en la capital lombarda) por la presencia de tallas elevadas en su desfile. Lo que nos lleva hasta Nueva York, donde han apostado precisamente por esta estética para la mujer actual. Al parecer se trata de no ponerse de acuerdo. Debatimos y redebatimos la polémica.
Quienes nos encontramos detrás de blogs como este y de muchos otros donde nos gusta hablar sobre moda (por eso mismo, porque nos gusta), somos mujeres normales y corrientes, con sus curvas modelando el cuerpo, su pequeña dosis de celulitis en lugares no deseados y otros defectos que nos llevan a la categoría de mujeres reales. Pero existe otro selecto y menos corriente sector de mujeres que por gracia de Dios o de su misma genética poseen esos cuerpos añorados y por los que las demás soñamos. Es por eso por los que nos gusta verlas; por lo que se suben a las pasarelas y lucen como nadie los diseños de artistas de la talla de Nicolás Ghesquiere, Óscar de la Renta o Valentino. Es por su presencia en las revistas y medios de comunicación especializados por lo que sueño con hacer dietas y utilizar productos cosméticos que me otorguen una piel tersa y luminosa, o un cabello brillante. Las veo a ellas y sigo soñando con pisar alfombras rojas entre una nube de flashes en la que mi sonrisa luzca radiante y mi vestido impecable, a la par que mi recogido terso y favorecedor. Es por ellas por lo que una vez al mes, y si la economía lo permite, me concedo un capricho en forma de bolso o zapatos. Quizás sea por ellas, modelos y celebrities, por quienes me gusta tanto la moda y poder compartirla con los que me rodean. Pero mi esencia sigue siendo la misma; una talla 38 y 1,65 de estatura, pero sobre todo unos valores infundados que no me ocultan que la realidad diaria se encuentra lejos de lo que Vogue me ofrece una vez al mes en forma de 300 y pico de páginas, pero es precisamente eso lo que durante una maravillosa tarde me ha hecho soñar que yo también puedo formar parte del mundo de la moda. GABRIELLE.

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