GABRIELLE.
lunes, 22 de junio de 2009
"Desde la T4"
Después de un fin de semana lleno de emociones y de esos que recargan las pilas, vuelta al duro trabajo... Si en realidad, Madrid-Cádiz está a tan solo un paso, a una horita de avión más otra media de paseos por la Terminal 4, hasta donde llegan todos los vuelos de Iberia. Y mientras recorro corriendo sus pasillos, me fijo en el personal. Gente de todas las nacionalidades y de todos los gustos, que llegan, que van... En Love Actually decían que en los aeropuertos es donde encontrarás más amor por metro cuadrado, gente que se reencuentra, gente que se despide... Besos, abrazos, lágrimas. Y yo sola, con el móvil en la oreja, bolsón en un hombro, ordenador en el otro, y maleta en mano... Venga a correr porque por error mi vuelo aparece de primeras retrasado y finalmente cumple con su horario. Todo esto después de haber pasado por el temido control de rayos X, donde mis collares, pulseras, anillos pitan descaradamente; y hasta mis magníficas sandalias romanas hacen de las suyas. Lo de los líquidos ya es experiencia superada después de haber perdido en un vuelo anterior mi magnífica CK Be tamaño XL. Ahora, cuando viajo, la colonia me la prestan mis amigas... Pero por donde no paso es por los zapatos. El tamaño de mi maxi bolso de mano permite que vayan todos dentro, mejor conmigo que en las bodegas del avión, no vayan a ser los demonios y por "error" no haya forma de dar con ellos. Así que el chico de la máquina de rayos me mira con cara de sorprendido, como si tanto tacón suelto fueran a usarse como arma homicida. Pero chico, don´t worry, ¡los tacones simplemente son mi arma personal, de las que no pienso bajarme en tooooodooo el verano!
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