22 de marzo de 2009, 18:00 h. Me dispongo a entrar en la agencia de viajes Nuba, conocida por la exclusividad y originalidad de sus ofertas. Mi objetivo es hacerme creer a mi misma (y a la persona que me atienda) que voy a realizar un maravilloso viaje con una amiga. No tengo presupuesto. El que más me apetezca, ese haré. ¡Ya me lo estoy creyendo!
La verdad es que según entras al local ya parece que estás frente a algo distinto. Impresionantes fotos me seducen y en seguida una cara amable me ofrece su ayuda. Nos sentamos en cómodas butacas y le comento mi “sincera” intención de realizar un viaje a un lugar remoto, de playa, dentro de poco y… que no pienso reparar en gastos. Esta frase la digo especialmente despacio, degustándola, disfrutando. Veo como cae en mi interlocutora esto último y, definitivamente, le ha gustado. Se ausenta un momento y va a por unos cuadernos de viaje (atrás quedaron los folletos del Corte Inglés) que me entrega para que los vea. Me propone Oceanía. En el momento sé lo que quiero. La Polinesia. El viaje se llama “El sueño de los Mares del Sur” y consiste en realizar un recorrido por Tahití, Moorea y Bora Bora. El alojamiento, magníficos hoteles de 5* superior durante 11 días y 9 noches. Noto como me emociono yo solita. Me he metido en el papel de una manera asombrosa y como no paro de hablar y de hacer preguntas, no tengo tiempo para pensar en el teatro que estoy montando. Me explica los detalles del itinerario. Detalles como que cada día podemos escoger entre realizar visitas (valle Papenoo, bahías de Cook y Opunohu…), quedarnos en la playa privada del hotel o contratar servicios adicionales como catamaranes privados para trayectos a islas cercanas o masajes a cuatro manos con tratamientos del lugar. Nimios detalles. Cerramos los hoteles que elijo entre las opciones, así como las fechas y los horarios de vuelo. En menos de media hora he preparado un viaje Madrid-Haití a mi medida. Ahora viene lo mejor. El presupuesto. Entre pitos y flautas, y entre que si vuelo internacional, que si tasas, que si extras escogidos y blabla…el módico precio de 7.500 euros/persona. Procuro no poner caras y mantener mi boca cerrada, lo cual es difícil. Confirmo que me parece bien y que lo hablaré con mi amiga. Me asegura que para dejar firme la reserva es necesario que abone en el momento el 30% del total así que le aseguro que mañana mismo me pasaré para realizar el primer pago. Ella, encantadora, me regala el libro que hemos estado ojeando y me despide en la puerta. Yo salgo a la calle, respiro, y me doy de bruces con la realidad. Ni te vas a la Polinesia, ni dormirás en una cabaña de luxe en la selva ni te harán un masaje a la orilla del mar. La realidad es que estudias y trabajas de prácticas, por lo que ni siquiera tienes un mínimo sueldo. Pero la experiencia ha merecido la pena. El día que sea rica, ya sé una cosa más que sin duda haré y además me he dado cuenta de la capacidad de organización y decisión que tengo en situaciones “límite” como esta así que... aprieto mi bonito libro de fotografías bajo el brazo y entro en el Starbucks a comprarme un café latte, esta vez large, que me lo merezco. PEGUIE.
3 comentarios:
Bonito sueño...
Si Dios quiere, el día que me case, haré algo parecido! un viaje irrepetible. Mientras tanto trabajo y trabajo para poder ahorrar algo, por lo menos para el 30% de la entrada...
Besitos y a seguir soñando que es gratis!
yo sí tuve la suerte de estar en la Polinesia. Bora Bora es una pasada!Seguro que algún día puedes ir.
Querida Peguie, despues de leer tu articulo no me queda otra q resignarme, ademas de venirme cierta melancolia. Este destino, es el que mi "ex amado" me prometia para nuestra hipotetica boda un futuro lejano, y aunq de esto ya hace mucho, tengo una sensacion un cierto extraña, cn una sonrisa por todo lo divertido que fue pensarlo, y resignacion, ya que a dia de hoy, no tengo a nadie q me prometa si kiera un viaje a ASSILAH,jejeje. q ganitas!! Felicidades por ls articulos, tengo ganitas de verte ya!!
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