La vida es una continua paradoja. Si la escultura que PRADA colocaba en mitad del desierto de Texas trataba ser una crítica encubierta con grandes dosis de Marketing a la industria del lujo por su carácter efímero, resulta que el edificio se agarra firme al suelo. Emulando a una tienda de la firma que se mantiene con sus puertas cerradas, su decoración se ha realizado a través de bolsos, zapatos y complementos de la colección de invierno de 2005. Varios días después de su inauguración, la obra fue asaltada; bolsos robados, destrozos y pintadas en alguna de sus paredes. Hoy, ocho años después, la escultura es tachada de ser un signo ilegal de publicidad pues en dicho territorio está prohibida la realización de cualquier tipo de anuncio con fines comerciales. El edificio se concibió como arte y, al igual que las obras más conocidas, está dando tanto que hablar como sus padres quisieron para ella. GABRIELLE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario