domingo, 11 de diciembre de 2011

"Mi privacidad"

Esta sociedad se ha vuelto compulsivamente expresiva; necesitamos compartirlo todo. A través de las redes sociales asistimos en directo a partos programados, a resultados de partidos de fútbol con sus consecuentes opiniones por parte de los reporteros (por un día), a análisis políticos durante las pasadas elecciones anticipadas. Pero además, mostramos nuestros sentimientos más profundos abiertamente a todo aquel que quiera echar un vistazo a su "muro": "Hoy disfruto de las pequeñas cosas de la vida", "para ser feliz hay que quererse a uno mismo y yo cada día me quiero más" "preparados para la segunda parte del partido (con imagen de su apetecible gin tonic)", "todo sigue igual (mensajito encriptado que entenderá quien tenga que entenderlo)"... o directamente manifestamos en qué lugar nos encontramos a través de un localizador para que todo el mundo sepa que hemos asistido a la fiesta o local de moda. Ahí es ná.
Lo mismo ocurre con la moda. Mientras determinadas marcas juegan a esconder sus logos o símbolos, otras los muestran de manera exhibicionista. ¿Qué ha sido del derecho fundamental a la privacidad y a la exclusividad que te aporta ser dueño de tu propia vida? Ocultar la marca, a través de una etiqueta imperceptible a mirones, ha sido siempre clave para distinguirse de quienes desean lucirla con orgullo. Cuanto más ostentoso, más poseo... tanto tienes tanto vales... Recuerdo una conferencia que realizó Inmaculada Jiménez, editora de moda de la revista Elle, en el Museo del Traje durante el curso de Marketing y Comunicación de Moda y Lujo, en la que nos invitaba a adivinar qué marcas llevaba ella ese día como parte de su estilismo. No pudimos descifrarlo, pues no había logos en sus prendas, pero nos contó que ese día mezcló un jersey de Prada de su marido (sin símbolos), con prendas y accesorios de Zara y otras marcas low cost. De este modo, de un tiempo para acá, las marcas se muestran cada vez menos interesadas en vender productos para transmitir modos de vida, estilos, mensajes subliminales de deseo. Eso es lo que siento cada vez que abro cualquier revista femenina, ansia por transmitir esa seguridad, esa elegancia de determinados personajes, que nunca podrá aportarte un grabado de una simple letra en la solapa de tu chaqueta. GABRIELLE.

1 comentario:

Anónimo dijo...

A mi me da que esto no es más que una moda más; simplemente es la exaltación de la distinción personal frente a la que ofrece la imagen de marca, solo que ahora lo quieren enlatar y venderlo.

De cualquier manera me parece una buena idea porque la elegancia y el estilo (palabras estas en sentido amplio y no solo referidas al vestir) no se miden en dinero ni logotipos, y eso bien lo sabes tú.

Sobre lo de las redes sociales y tal...ya te mando yo un privado con emoticonos por feisbu, o lo mismo hasta te twiteo algo.

Que tengas un buen día!.

Zapatillas.