Mi sobrina Carlota quiere ser bailarina cuando sea mayor. Desde que tiene cuatro años va a clases junto a compañeras de parque para ensayar las distintas posiciones, y piensan que son princesas de cuento como las que ven en las películas. Los Reyes Magos le han traído una muñeca que desde el moño hasta las zapatillas la convierten en una bailarina de pies a cabeza. Ella es rubia con cara angelical, una versión de Nancy que además baila. A sus cinco años Carlota todavía no es consciente del enorme esfuerzo que supone dedicarte al ballet, de cuántas horas has de pasar frente al espejo, ni de los sacrificios que realizarás a lo largo de la carrera profesional de bailarina. Pero a su corta edad ya se ha sentido interesada por este arte, la más bella forma de expresar con el cuerpo; el de unas bailarinas que a través de sus vestimentas, sus peinados, su delicadeza y sus movimientos han llevado a este tipo de baile a la categoría de arte.
De este modo la unión de la moda y el ballet siempre funiciona, tal y como demuestra Chloé para su primavera verano 2011. GABRIELLE.
2 comentarios:
¡Qué bonito post! Me encanta el primer vestido...vaya vuelo...
Besos rojos,
www.rojorougered.blogspot.com
Uno de los temas más isnspiradores hermana.... y uno de mis fotógrafos favoritos. Esa foto irá en mi baño cuando tenga una casita para mi.
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