sábado, 25 de abril de 2009

Destino: Asilah

Aunque ya han pasado algunos días desde la vuelta de Semana Santa… os hago un resumencito de lo que aquí las bloggeras se dedicaron…
Si hay algo bueno en la lejanía que separa a Gabrielle y a Peguie es que se ha establecido una especie de acuerdo no hablado. No es llamar todos los días, informar de las actuaciones más pertinentes en situaciones “límite” o dar el parte metereológico de la ciudad donde cada una reside (¿te das cuenta que eso es lo primero que nos preguntamos siempre??). Como si fuera una novedad que en Sevilla siempre hace bueno y en Madrid siempre hace malo. En fin, el acuerdo al que me refiero es intentar vernos los caretos siempre que nuestros “comprensibles y magnánimos” jefes y actividades diarias nos lo permiten. Esta semana santa tocaba unir destino y nada mejor que fuera de España, la verdad. Como la procesión va por dentro…pues nos fuimos de procesión a un sitio al que yo le tenía muchas ganas: Asilah.
Y así fue. Preparamos la escapada a Moroco y la cosa salió como debía ser. Se unieron al viaje personajes varios que no hicieron más que mejorar aquellos días… y detallo. (Utilizaré los pseudónimos acordados):
-Sefamah. Imprescindible su compañía por llevar toda la info necesaria. Horarios, sitios de interés, número de teléfono del colega que te llevaba en burro a la playa… JA!
-Yaisha. Por su constante mimetismo con los lugareños. Veasé pronunciación árabe o el baile que se marcó con su marido en la discoteca más oscura jamás visitada.
-Ahkram. Por su papel de marido poligámico, detrás del cual pudimos escondernos si la cosa se ponía chunga. Su alucinante parecido físico con el pueblo marroquí nos abrió más de una puerta. Era amigo de toda la plantilla del hotel en el minuto 1 del viaje.
Gabrielle, por su parte, nos deleitó con una pedazo de actuación con la entrevista que iba a hacer así como su cabalgo a lomos del camello. Se ratificó en todos sus pensamientos. Donde esté su Andalucía, que se quite Inglaterra, Francia, Ibiza, Cuba…y lo que le queda por ver en la vida.
He de decir que no hicimos exactamente lo que venía en las guías. ¿Qué no debéis andar solos por ahí? Toma paseítos a las 11 de la noche por la carretera. ¿Qué no comáis en restaurantes sin referencias? Toma cena a base de pseudo-kebabs, donde más te valía mirar al plato, porque el entorno era bien parecido a Beirut, y eso que no tengo el gusto de conocerlo… con sus salsas de dudosa procedencia, sus moscas reinando a su antojo…ummm. Sin hablar de usos indebidos con la cachimba enfrente del dueño del hotel una lluviosa tarde… En fin, lo que se denomina auténticos aventureros a los que les faltó la carrera en el carro de caballo y mucho sol, pero por lo menos nos reímos en ese país donde LA PRISA MATA.
Como nos faltó buen tiempo…optamos por sacar el máximo partido a la gastronomía del lugar así que degustamos, por ejemplo, un impresionante cuscús que nos dejó con las constantes vitales bastante flojas, o un tajín de carne picada (así, como suena, y sin hambre) al que no sabíamos muy bien cómo enfrentarnos, tanto es así que nos hicimos un lío y de primero tuvimos lechuga con lechuga… y con olivitas. Y todos tan contentos. ¿Postre? Frutita p’al bolso, que la cosa está fatal. No se me escapa tampoco la mortadela que nos alimentó los últimos 2 días debido a una mala organización económica. O eso o que Gabrielle y Peguie decidieron sacrificar sus últimos dírham en objetos materiales, veasé MAGNÍFICOS BOLSOS que tendréis ocasión de ver, en vez de guardar dinero para comer, como las personas normales.
Si tenéis ocasión de visitar Asilah, hacedlo. No hace falta muchos días, solo un hotel situado en la Medina y algunos restaurantes de referencia para no caer en los míticos que no merecen la pena. Regatead como si os fuera la vida en ello y sacad el máximo partido a esas playas que parece que están aún sin tocar, cosa tan diferente en España.
Pta. Sed libres, hermanos. PEGUIE.

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